domingo, 31 de julio de 2011

Debemos aprender nuestras propias lecciones...

''Un par de cientos años atrás, Benjamim Franklin compartió el secreto de su éxito con el mundo. ''Nunca dejes para mañana lo que puedas hacer hoy'' ,él dijo. Ése es el hombre que descubrió la electricidad. Por eso, seguir sus consejos parecería una buena opción. No sé porqué posponemos las cosas, pero si tuviese que adivinar...diría que tiene mucho que ver con el miedo. Miedo a fallar, miedo al dolor, miedo al rechazo. Algunas veces, tomar una decisión te da miedo. Porqué, ¿Qué tal si estás equivocada? ¿Qué tal si cometes un error que no podrás arreglar?. Sin importar a que se deba nuestro miedo, hay algo que siempre es verdad: cuando el dolor por no hacer nada es peor que el miedo a hacerlo puede sentirse igual a tener un gigantesco tumor. El que duda... está perdido. No podemos fingir que no nos lo habían dicho. Todos conocemos los proverbios, escuchamos a los filósofos, oímos a nuestros abuelos decir que no debíamos desperdiciar tiempo, oímos recitar a los poetas implorándonos que vivamos cada día al máximo. Aún así, a veces debemos ver para creer. Debemos cometer nuestros propios errores. Debemos aprender nuestras propias lecciones. Debemos barrer las posibilidades de hoy debajo de la alfombra de mañana...hasta que ya no podamos. Hasta que finalmente entendamos lo que Benjamim Franklin quiso decir: que saber es mejor que suponer, que despertar es mejor que estar dormido...Y que hasta la mayor falla, incluso el peor y más incorregible error, es mucho mejor que jamás haberlo intentado''